Los molinos hidráulicos del Pallars Sobirà

 

Razones de la desconexión del Pallars Sobirà

 

Cuando a comienzos del siglo XX se resolvió el problema del transporte a larga distancia de la energía eléctrica, se puso en marcha la segunda revolución industrial. Antes cada factoría, cada instalación industrial, debía generar su propia energía. La inversión necesaria desanimaba muchas iniciativas por carencia de capitales. Además, la ubicación de la planta productiva quedaba supeditada a la situación de la instalación productora de energía. en Catalunya muchas fábricas optaron por aprovechar los irregulares recursos hidráulicos del Ter y del Llobregat lejos de las vías de comunicación y de los mercados. Los fabricantes hubieron de especializarse en sectores industriales de bajo consumo energético, como el textil. La limitación energética y la rigidez en la localización lastraron el desarrollo industrial.

Conectarse a la red de distribución permitiría a las empresas comprar la energía que necesitan, concentrar el esfuerzo de inversión en la producción e instalarse en el lugar más adecuado sin depender de la ubicación de la fuente de energía. La aplicación de los motores eléctricos permitió difundir la industria en el espacio. La segunda revolución industrial significará la explosión de las pequeñas y medianas empresas que caracterizarían el clásico tejido industrial de Catalunya.

En Barcelona se instaló la primera industria de generación eléctrica el año 1881 con una potencia de 1.100 CV (la Sociedad Española de Electricidad), pero los generadores trabajaban en la combustión del carbón que se había de importar con elevados costes de transporte, lo cual encarecía mucho el kilowatio. Tan pronto como los alternadors y los transformadores fueron capaces de aumentar suficientemente el voltaje en la transmisión de la energía minimizando las pérdidas, la atención se dirigió hacia una fuente alternativa, inagotable y que finalmente resultaría mucho más barata, la energía hidráulica de las altas comarcas del Pallars. Así, el transporte de la energía eléctrica lejos del lugar de generación dará el empuje definitivo al proceso de industrialización catalán en el entorno Barcelonés, sobre toda partir de la adopción por las fábricas de los motores polifásicos .

Los industriales catalanes con dificultades para encontrar la adecuada financiación dada la gran envergadura de las obras, permitieron la entrada en el negocio eléctrico del capital extranjero. Fue un consorcio financiero con base a Toronto (Canadá) el que financiaría las primeras obras de construcción de los grandes embalses y centrales del Noguera Pallaresa y un consorcio franco-suizo el que lo haría en la Vall Fosca (1)


Cuando Fret S. Pearson (fundador dela Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited, conocida como “La Canadiense”) se trasladó al Pallars a estudiar su capacidad hidráulica, ya había pequeñas centrales instaladas en la cuenca del Noguera Pallaresa (Isidre Arnalot Carrera de Casa Tor d’Alós ya había construido tres centrales en el Pallars para el alumbrado público: la de la Pobla de Segur el 1898 con agua de la acequia de los Molinos, la de Sort el año 1905, y la de Gerri también durante la misma década). Pero ahora se trataba de grandes inversiones. Se produjo una verdadera competición para adquirir derechos sobre las aguas pirenaicas. Pearson compró el año 1911 los derechos de explotación del Noguera Pallaresa desde La Pobla de Segur en Camarasa a un ingeniero e industrial barcelonés, Domenec Sert i Badia, que los había comprado unos año antes.
(2) En aquellos años Emili Riu i Periquet había adquirido los derechos sobre los aguas de la cabecera de la Vall Fosca y buscaba inversor para iniciar las obras en Capdella.

Una vez asegurados los derechos sobre los aguas el proceso fue muy rápido. La Barcelona Traction and Power Company conseguió la declaración “de utilidad pública” que permitía la expropiación forzosa. Las negociaciones para la expropiación de los terrenos para la construcción de los embalses, plantas industriales, torres de alta tensión, etc.., se hicieron con los ayuntamientos afectados y dejando al margen todo el resto de la comarca . A cambio de mínimas compensaciones (energía eléctrica barata o gratuita, fuerza para las industrias y canales de regadío para tierras de secano(3) y sólo para los pueblos y vecinos afectados por las expropiaciones) el “petróleo” pallarès pronto empezó a fluir hacia Barcelona dejando a buena parte del Pallars a oscuras.

Los grandes saltos del Noguera Pallaresa y la Vall Fosca capturaban la energía eléctrica que se conducía hacia el sur industrializado y rico. En pocos años el proceso de electrificació integral del espacio catalán sería una realidad ... excepto con respecto al Pallars Sobirà. Como pasa a menudo con la población de países petroleros del Sur que deben mendigar por la poca gasolina que no marcha hacia los países del Norte, ninguna línea de alta tensión se construyó en dirección al Pallars Sobirà. Hubo promesas y proyectos de una línea de ferrocarril (la línea Balaguer – St. Girons) que hubiera traído el progreso y también la luz hacia el alto Pallars, pero nunca se pasó de la fase de proyecto.

Líneas de alta tensión el 1922: 1) Serós-Camarasa-Sanos. 2) Serós-Mora-Reos-Sanos 3) Capdella-La Puebla-Manresa-St. Adreu Fuente: SÁNCHEZ I VILANOVA Llorenç: (1990) La Canadenca. Un fenomen econòmico-social que transformà el Pallars. La Pobla de Segur . pág. 126

Esto explica que al norte, por encima de Collegats, los pallareses tuvieron que espavilarse para poder encender una bombilla por la noche. Pequeñas turbinas y pequeños generadores de corriente continúa o alternadors se fueron instalando junto a los molinos o las aserradoras o allá dónde había un barranco con el suficiente caudal y desnivel. Los pueblos sin barranco tubieron que tratar con los productores de energía más próximos o quedarse a oscuras.

Una vez conseguidos los derechos sobre las aguas (lo cual originó no pocos conflictos) (4) se podía iniciar la construcción de las instalaciones. La iniciativa fue privada o municipal. El suministro de energía eléctrica por una central municipalitzada entroncaba perfectamente con la larga tradición medieval de servicios básicos con cargo a la utoridad consistorial. Pero este esfuerzo para suplir el abandono energético no pudo nunca garantizar un suministro estable y continuado y con la potencia necesaria para las actividades industriales y de toda clase que impulsaban el crecimiento económico del resto del país.

Se produjo un fuerte contraste de las formas de vida y desarrollo urbano entre el bajo y el alto Pallars. Mientras en La Pobla de Segur, en Salàs o en Tremp había alumbrado público, fuerza motriz, alcantarillado y agua corriente, se instalaban fabricas (textil, madera, alimentación, ...) y talleres, y dónde las casas se calentaban con estufas y se estrenaban electrodomésticos (5), en Sort y en Rialp sólo se encendían unas cuantas bombillas por la noche. Pueblos como Tor, Norís, Freixa, Mallolís ...hubieron de invertir muchos recursos e ingenio para poder mal iluminar por su cuenta sus hogares por la noche, casi hasta el siglo XXI.

La Catalunya moderna e industrial se paraba en Collegats. Durante el periodo de 1910 a 1930 el Pallars Jussà aumentó su población de 18.996 a 22.108 personas (un 16.6%) mientras que el Pallars Sobirà perdía 1.127 (más de un 12%) durante la década de 1920 a 1930. Aun cuando pasada la década de las grandes construcciones hidráulicas el Pallars Jussà perdió población, en el año 1950 todavía superaba la cifra de 1910 en 789 personas mientras que el Pallars Sobirà había experimentado una bajada de 2.236 personas, casi el 18% de la población .(6)

La gran mayoría de estos pueblos no pudieron disfrutar de la conexión a la red de alta tensión hasta el último cuarto del siglo XX. Esta situación duraría hasta que se construyeran las grandes centrales de Hidroelèctrica de Catalunya (HC) y FECSA a la cabecera de la comarca. La central d’Espot (construida por H.C. del 1950 al 1953 con agua del río Escrita con 9.760 KW de potencia) y sobre todo la Llavorsí-Cardós de FECSA (construida del 1960 al 1966 por aprovechar el agua del Noguera de Cardós, captada con una presa en Tavascan y un canal de 16 km con una potencia de 52.800 KW), requirieron la construcción de una línea de 25.000V hacia el sur a la cual pudieron al fin conectarse los pueblos del Pallars Sobirà (7) (Sort se conectó a la red de FECSA el 1968).

Al fin los pueblos del Pallars Sobirà pudieron instalar las primeras máquinas de ordeñar y los primeros electrodomésticos en el hogar. Con la energía eléctrica asegurada el Pallars Sobirà entraba al fin al siglo XX y se hacía posible el desarrollo del sector turístico de montaña que ha vuelto a dar vida a la comarca. Las pequeñas centrales tubieron de ir cerrando. Algunos empresarios particulares entregaron la red de distribución a FECSA a cambio de entrar como trabajadores de la compañía como fue el caso de Felip Montoliu Barò, de la minicentral de Gerri que suministraba electricidad para varios pueblos.

A la fuerza pues, una de las pocas industrias que se desarrollaron al Pallars Sobirà durante los tres primeros cuartos del siglo XX fue precisamente la de construcción de pequeños embalses, cañerías y saltos, así como la instalación y mantenimiento de la maquinaria necesaria para la producción hidroelèctrica. Colateralmente los molinos hidráulicos siguieron en funcionamiento cuando en el resto de Catalunya hacía décadas que se habían parado.

En Gerri de la Sal funcionó hasta los años ochenta un taller capaz de diseñar, construir, equipar y llevar el mantenimiento y reparaciones de pequeñas centrales hidroelèctriques. Hoy este taller ha desaparecido, su propietario, Lluís Vilà, ahora retirado, nos ha sido de inestimable ayuda (vía telefónica) a la hora de relacionar y recoger datos sobre el funcionamiento y potencia de muchas de las minicentrales que funcionaron en el Pallars Sobirà.

También hay que destacar el trabajo de los molineros que a menudo arrendaban el molino. Los montoliu eran una familia que arrendaron la mola de Sall y adquirieron la mola de Baro. Combinaban el oficio de molinero harinero y el de electricista de la central y a fé que debían dominar ambos oficios. Unos Montoliu tenían en Tremp el establecimiento “Radio-Electra Montoliu” en la calle Dr. Pearson 21.


1 Tot aquest anàlisi històric està molt ben explicat per Horacio Capel: La electricidad en Cataluña, una historia por hacer a http://www.ub.es/geocrit/conc-2.htm

2 El 1900 Tremp s'afanyava a resoldre el problema dels serveis domèstics d'aigua a la ciutat i pobles de la rodalia, solució que semblà poder-se trobar en un projecte que presentà el vell Jaume Clotet i Homs. El projecte consistia en construir una presa al paratge, conegut com "el barranc de Sant Pere" de Collegats, a 22 km de Tremp, que derivaria 16.000 l/seg. del cabal de la Noguera, suficient per abastar d'aigua tots els pobles de la ribera, i a més posar en regadiu 14.000 hectàrees de terreny. El 8 d'abril de 1900 es sol·licità de l'Administració la concessió pertinent, però es trobaren que se'ls havia avançat Domènec Sert. SÁNCHEZ I VILANOVA Llorenç: (1990) La Canadenca. Un fenomen econòmico-social que transformà el Pallars. La Pobla de Segur . pàg. 35

3 SÁNCHEZ I VILANOVA Llorenç: Op.cit, pàg. 34

4 SÁNCHEZ I VILANOVA Llorenç. Op.cit,pàg. 35

5 GIMENO, Manel (1999) Un segle i mig de botigues i indústries de la Pobla de Segur. Ajunt. de la Pobla de Segur. Pobla de Segur

6 SABARTÉS i GUIXÉS, JOSEP MARIA: L’Exode Pallarès Ed. Garsineu Tremp 1993. Pàg. 29

7 Mateu i Llevadot i altres (1983) El Pallars Sobirà. Estructura socio-econòmica i territorial. Ed. Caixa d’Estalvis de Catalunya.Barcelona. Pags. 258-268

 



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