Introducción
“Las formas de iluminación están experimentando en los Pirineo una profunda transformación. Aún así, las innovaciones ... no han penetrado todavía con la misma intensidad que, por ejemplo, a los Alpes franceses, dónde, incluso en los valles más altos y apartados la electricidad fluye hacia los pueblos, acordándose de la tea solo de nombre, mientras que linternas y luces de aceite, se han mudado a las buhardillas, a los basureros o a los museos”.(1)
FRITZKRÜGER
Esto escribía Fritz Krüger a principios de los años veinte cuánto visitó los valles del Pallars Sobirà. Constataba (con cierta pena de etnólogo si cave) el esfuerzo de aquellas comarcas por entrar en la modernidad. Pues bien, esta modernidad les fue negada hasta casi el último cuarto del siglo XX. Cada valle, cada pueblo, cada masía, se tuvo que despabilar por poder disfrutar de unas pocas bombillas encendidas durante las largas noches del invierno con los antiguos enseres de hacer luz cerca, bien cerca.
No podemos atribuir el atraso del Pallars Sobirà a una carencia de espíritu o de agudeza empresarial. El Tor d’Alòs y sus hermanos (los hermanos Arnalot) fueron líderes en el negocio eléctrico en el Pallars y también en Cardona.(2) Pocos años después de las primeras experiencias en Barcelona, La Pobla de Segur (1898), Sort (1905) y Gerri de la Sal (1906), ya sabían lo qué era el alumbrado eléctrico. El instinto empresarial existía (uno de los primeros en ver las grandes posibilidades energéticas de la comarca fue precisamente un pallarés de Sort: Emili Riu i Periquet). fue fundamentalmente la opción por un modelo de desarrollo industrial centralizado en Barcelona la causa que dejó aparcado y a oscuras al Pallars Sobirà.
El Pallars, dónde se habían instalado algunas de las primeras turbinas y dinamos del país, había quedado desconectado de la segunda revolución industrial, excluido del proceso de electrificación integral del espacio catalán. Del enorme potencial hidroeléctrico del Noguera Pallaresa ni un kilowatt fue devuelto a las poblaciones ribereñas más al norte de Collegats.
Esto comportó un esfuerzo notable para, cuando menos, aliviar este abandono. Desconectados de la red nacional, los pueblos del Pallars Sobirà tuvieron que dedicar una parte considerable de sus escasos recursos para encender unas pocas bombillas por la noche. Mal alumbrar casas y calles costaba a los vecinos y ayuntamientos diez o doce veces más que a los pueblos conectados del resto de Catalunya. El Ayuntamientos de Sort tuvo que vender la montaña de Costa Negra y quedar gravemente endeudado al subscribir un empréstito de 85.000 pesetas, para adquirir su minicentral.(3) El de Llavorsí dedicar los ingresos de las talas de madera de once años para financiar la mejora de su central (cuando finalmente liquidó la deuda con parte del importe de la última subasta pudo dedicar el resto a la construcción de un edificio para la escuela).(4)
Una riada significaba a menudo volver a empezar (como la de 1968 en Sort, las consecuencias de la cual ya las hemos apuntado al tratar del molino de Sort). en Sort, durante los años treinta, el precio básico del kWh para el alumbrado era de 0,6 pesetas (para los vecinos de los pueblos próximos el coste subía a 80 céntimos el kWh) cuando en Barcelona el coste era de 10 céntimos o menos a partir de los años veinte. en Barcelona entre los años 1918-19 los precios de la electricidad para fuerza motriz se situaron entre los 5 y los 7 céntimos el kWh mientras que en Sort el año 1929 el ayuntamiento dictaba una tarifa para el consumo de fuerza motriz de 35 céntimos el kWh(5)
De este esfuerzo industrial del Pallars Sobirà por superar la marginación eléctrica se está perdiendo el rastro. No se ha hecho ningún estudio a fondo de este rico patrimonio de pequeñas centrales, canalizaciones, balsas, reconversión o aprovechamiento de antiguos molinos de trigo, soluciones técnicas quien sabe de dónde importadas o fruto de la inventiva autóctona (6), sistemas de reparación, mantenimiento, redes de conducción, organización administrativa de los negocios o de los servicios municipalitzados, sistemas de cobro, sistemas de detección del fraude, ...
La situación de aislamiento del Pallars Sobirà, la relativa autarquía económica llegó hasta finales de los años sesenta y principios de los setenta. La carencia de energía eléctrica favoreció que siguieran en funcionamiento los viejos molinos hidráulicos que transformaban en harina las cosechas de los pueblos de la cercanía. Anexar alternadors, turbinas y cañerías a los antiguos molinos ayudó a que continuaran en buen estado de funcionamiento muchos de ellos cuando en el resto del país hacía décadas que ya habían desaparecido.
Hemos constatado que este valioso patrimonio industrial conservado gracias a las adversas circunstancias de desconexión y de aislamiento está en serio peligro. Pocas décadas después de que dejaran de funcionar buena parte de estas joyas de la antigua industria pallaresa estan en ruinas. Además parece que hay poco interés en salvar lo que queda. Las edificaciones se hunden, las instalaciones se enmohecen o se pudren y los que las hacían funcionar van desapareciendo. (7)
Un caso paradigmático es el del molino de Gerri de la Sal (2 turbinas, dos molinos harineros con maquinaria adjunta para separar la harina, una noria, maquinaria eléctrica, ...) . El último salinero, Felip Montoliu Varó, era el molinero de grano y también productor de la energía eléctrica de Gerri y pueblos cercanos. Tras la conexión a FECSA en los años setenta tuvo cerrar la central aunque mantenía en funcionamiento las turbinas para luz propia pero finalmente también tuvo que parar por qué no le compensaban los gastos de mantenimiento. Todavía tiene todas las instalaciones en perfectas condiciones para funcionar. Falto de ayuda tuvo que parar de hacer sal el año 2000 y en pocos años se han echado a perder las últimas eras salineras del Pallars (era el último salinero tras más de mil años haciendo sal en Gerri). Es decepcionante la falta de interés institucional en casos como este.
Un caso patético es el molino de Sall (Altron). Tiene un edificio de magnífica construcción, de dos plantas, con paredes de piedra y cubierta de losa de unos 70m2 por planta. La cubierta se ha hundido parcialmente y amenaza ruina total porque nadie a cortado las enredaderas que se han emparrado por las paredes y levantan las losas de pizarra. Queda toda la maquinaria (turbina, molino harinero y maquinaria complementaria, volantes, poleas mecanismos de elevación del grano ... además de un alternador Siemens, dos transformadores...). El lugar es perfectamente accesible por una pista de un kilómetro a la izquierda de la carretera que va a Caregue. Pues bien, no hay ni una sola señalización que indique la ubicación del molino (8).
Y esto pasa en un momento en que el modelo de turismo masificado de nieve (similar al de sol y playas) tambalea y se hace más evidente su componente especulativa y poco respetuosa con el medio ambiente. Hace falta potenciar el turismo cultural, el turismo científico, el turismo industrial. Turismo que cada día aumenta el número de adeptos y que constituye, en buena medida, el retorno a los orígenes del turismo, el de aquellos turistas europeos de los siglo XVIII que realizaban largas estancias en el extranjero movidos por intereses educativos y culturales. No se trata de inventar nada nuevo. En los Pirineo franceses hay asociaciones como la "Association des moulins des Hautes-Pyrénées"(9) que velan por la conservación, la difusión y el conocimiento de los molinos hidráulicos. Tienen una página web y publican rutas de los molinos hidráulicos. En el País Vasco, en Asturias, hay iniciativas similares. En cuanto al Pallars esta tarea está por hacer. Con esta investigación querriamos contribuir a la salvación de un valioso patrimonio en peligro que tiene un enorme potencial para una forma de turismo sostenible.
Finalmente con este trabajo hemos querido hacer una pequeña contribución al estudio de este sector de la técnica, de la economía y la vida pallaresa que nos ha parecido estar muy olvidado y al mismo tiempo valorar el trabajo de personas como Lluís Vilà Pla, Felip Montoliu Varó, Cisco Farré, todos de Gerri de la Sal; Joan Peña Ubach y su padrino, el Gildo de Soriguera; Emili Boixereu Locutura de La Pobla de Segur,(10) ...que se esforzaron para traer la luz y el progreso al Pallars Sobirà.
* Crecidas según la Comisió Técnica de Inundaciones: 1348, enero 1433, otoño 1436, 1617, 1637, 1753, 1854, 1894,octubre 1907, octubre 1937, agosto 1963, noviembre 1967, abril 1971, noviembre 1982.
(1) FRITZKRÜGER (1997): Los altos Pirineos Vol I. 2ª Parte. Edit. Garsineu i altres Pàg. 207
2 Isidre Arnalot Carrera, hermano de el Tort d’Alós, con la experiencia lograda al Pallars Sobirà construyó la central hidroelèctrica de Cardona conocida como La llum de Cardona que suministró luz a la ciudad durante veinte años a partir de un contrato con el ayuntamiento con fecha 1908.
3 AHCS Llibro de Actas del Ayuntamiento de Sort. Acta del 6 de marzo de 1929.
4 “... libre ya el pueblo de dicha carga que ha pesado sobre él como un plomo ... las restantes 4.250 pesetas ... sean invertidas en la construcción de un edificio para Escuela”.AHCS Llibre d’actes de l’Ajuntament de Llavorsí .Full solt.
5 AHCS Llibro de Actas del Ayuntamiento de Sort. Acta del 24 de juny de 1929.
6 El Cisco Farré de Gerri, que trabajó de montador de centrales nos explicó un sistema a base de un cable colgado a los postes de la misma línea que controlaba el regulador de la turbina, evitando haber de ir a la central por la noche cuando se producían bajadas de tensión.
7 Algo se ha hecho: en Àreu funciona como museo un molino-asserradora-generador y en Sort se quiere hacer un museo en la antigua central hidroelèctrica.
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8 Fotografia de la minicentral d’Altron. La fotografia muestra como la central de Sall amenaza ruina total.
9 http://perso.orange.fr/moulindelamousquere/pages/sept-moulins.htm
10 GIMENO, Manel (1999) Un segle i mig de botigues i indústries de la Pobla de Segur. Ajuntament de la Pobla de Segur. Pobla de Segur: pàg: 26. Emili Boixereu montó un taller de electricidad en la Pobla de Segur. Electrificó los pueblos Escós y Àreu (1919); Malpàs (1921), Sellui i Basturs (1922), Surp, Altrón i Unarre (1923) i Llavorsí (1925)